La Feria Internacional de Apicultura y Turismo concederá este año la Abeja de Oro y nombrará Embajadora de Turismo de Las Hurdes a Silvia Cañas, directora de la revista Apicultura Ibérica. Por este motivo, hemos hablado con ella en esta entrevista en la que agradece con emoción y alegría este reconocimiento. También habla sobre la venta y el precio de la miel como principales problemas del sector, y reivindica una mayor formación en nuevos manejos como la nutrición de las abejas.

-¿Qué supone recibir la Abeja de Oro en el marco de la Feria Apícola?

Recibir la Abeja de Oro en Extremadura, en el marco de esta Feria Internacional Apícola, constituye para mí, además de una grandísima emoción y alegría, un doble orgullo. Por el reconocimiento que implica de un trabajo realizado durante más de 30 años, prácticamente toda mi vida profesional, en el sector apícola, y por recibirlo en Extremadura, con una apicultura altamente profesionalizada, que ha sido siempre puntera en la estructuración y reivindicación de las necesidades del sector. Y que tiene en esta Feria un exponente más de estas características.

 -Muchos años dedicada a la comunicación y al sector apícola. Las intenciones del principio, en cuanto a responder a las necesidades, inquietudes y deseos del sector, ¿se han cumplido?

Con esa intención he trabajado siempre, desde la humildad y el aprendizaje para que así fuera. A lo largo de todos estos años ha sido para mí primordial mantener un contacto cercano y constante, conocer de primera mano sus inquietudes pero también “pisar campo”, ir a las colmenas con los apicultores y conocer las duras condiciones en las que se desarrolla su trabajo; visitar instalaciones, empresas, acudir a todos los encuentros y jornadas posibles que me permitieran el trato directo con el sector; viajar con ellos a otros países a conocer nuevas apiculturas y aprender de ellas,…

Todo ello me ha ayudado a tener una visión global y a lograr, creo que al menos en gran parte, por la positiva respuesta que he recibido, responder a las necesidades del sector. Esa ha sido siempre y sigue siendo la intención con la que he trabajado y con la que me planteo cada nueva edición de Apicultura Ibérica.

-¿Cuál es ahora mismo la principal reivindicación del sector apícola?

En estos momentos, el precio y la venta de la miel. Las cuatro organizaciones agrarias, de forma conjunta con Cooperativas agro-alimentarias, acaban de lanzar una “voz de alarma” por lo que consideran “una delicada situación de mercado”, por los bajos precios y las importaciones de miel. Muestra de esta inquietud será la mesa de “etiquetado y comercialización” que se celebrará en la Feria el próximo sábado.

Se suma una campaña muy irregular y con cosechas muy bajas en algunas zonas, de media, el sector considera unas pérdidas cercanas al 50% respecto a una campaña normal.

No hay que olvidar los problemas sanitarios, con dos grandes amenazas: Varroa, que llevamos sufriendo ya muchos años en nuestros colmenares, y Vespa velutina, que en todo el Norte está avanzando a gran velocidad y con niveles cada vez más preocupantes.

El abejaruco (con una alta incidencia en Extremadura, como ocurre también en Cataluña) es otra de las viejas reivindicaciones del sector, y cada vez son mayores los robos de colmenas (generalizados por todo el territorio) y las intoxicaciones de colmenas, en especial en la zona de Levante.

-¿Son las mismas reivindicaciones a nivel nacional que regional?

En efecto, prácticamente son las mismas que hemos comentado en todo el arco peninsular con una apicultura más profesionalizada. En Extremadura hay además, específicamente, un problema mayor que en otras regiones, con la trashumancia de colmenas y la falta de asentamientos, como el sector lleva poniendo de relieve en los últimos años, también en esta misma feria.

-Algunas universidades están llevando a cabo prácticas de “ciencia participativa” para involucrar a los ciudadanos en recoger información sobre las abejas locales…¿Considera positivos estos avances?

En efecto han sido varias las iniciativas puestas en marcha. Si bien desde las organizaciones de apicultores, ADSA, se ha colaborado con universidades, administración, en diversos estudios, creo que hemos de avanzar todavía en la implicación directa de los ciudadanos. En el último Congreso Nacional de Apicultura celebrado en Tenerife la pasada semana, ofrecieron datos relevantes al respecto de una encuesta europea basada en esta “ciencia participativa” y mientras los niveles de respuesta en España alcanzaban unos cientos, en Alemania, por ejemplo, se superaban las 4.000.

Hemos de trabajar pues más en este sentido; además de concienciar sobre su interés para todos con un mayor y más rápido feedback con los participantes.

-¿Por dónde debe ir la innovación del sector apícola? 

La formación en nuevos manejos como la nutrición de las abejas va a ser fundamental para las explotaciones; el cambio climático es ya una realidad y el apicultor tendrá que saber cubrir con eficacia las necesidades nutricionales puntuales que se producen, y se producirán en el futuro, como consecuencia del mismo.

La diferenciación en la calidad de las mieles y la educación del consumidor para que las sepa distinguir, apreciar y demandar es un camino que puede ser costoso y difícil pero que hemos visto todos como ha dado sus frutos, por ejemplo, en el sector de los vinos, y en el que las cooperativas de apicultores deben jugar un importante papel.  Y Extremadura, también en la organización de apicultores en Cooperativas, ha sido puntera.